Mansilla
y la ocupación del "desierto"
El texto de Lucio V. Mansilla, Una
excursión a los indios ranqueles es un relato en primera persona
y es testimonio de una serie de contactos con indios habitantes de la
pampa en el sur de Córdoba, Argentina, en el siglo XIX. Mansilla fue
un comandante de fronteras, con grado de coronel, que viajó a las
llanuras al encuentro del líder indígena Mariano Rosas. Esto le dio
la oportunidad de hacer una descripción etnográfica y geográfica
minuciosa en la que da cuenta de la fauna y la topografía con sus
guadales o arenas blandas, pantanosas y pegajosas. Describe los
protocolos sociales de los ranqueles, sus formas de comunicación
oral, su lengua mapuche, su conocimiento de la naturaleza y su
intensa relación con los caballos.
El relato está escrito en forma de
cartas y fue publicado por entregas en el ya desaparecido diario La
Tribuna de Buenos Aires, entre el 20 de mayo y
el 7 de septiembre de 1870, Mansilla hizo la excursión en abril de aquel año para negociar la firma de un
tratado de paz con los ranqueles y el desplazamiento de los indios.
Para entonces, la frontera de la joven República
Argentina ya había fijado límites hasta el río Negro y una década
después el presidente Julio A. Roca emprende la "campaña del
desierto" con la que los ranqueles, pampas, pehuenches y
manzaneros serán desposeídos de sus tierras y la frontera
trasladada más al sur.
La obra de Mansilla
pudo haber tenido una muy buena recepción de los lectores de La
Tribuna, puesto que el libro con 68
cartas fueron publicadas por el mismo diario, bajo el título actual,
en dos tomos. Este texto le valió el reconocimiento del Congreso
Geográfico Internacional de París de 1875, una época en la que
Londres y la capital francesa convocaron a los diversos encuentros
"universales", como la feria de 1900 en la Ciudad Luz.
Mansilla recurre a una
redacción sencilla y ágil, de oraciones breves, rápida lectura y
comprensión. Se dirige explícitamente a Santiago, amigo del militar,
y a los lectores en general. Los textos son más que una bitácora de
viaje o notas en las que destaca su lúcida comprensión de la
naturaleza humana, sus referencias a las obras de Moliere y Dante, su
comprensión de tácticas y formaciones militares, como cuando
explica la desordenada manera de cabalgar de los ranqueles portando
lanzas.
Hay, entre otros
brillantes pasajes, una fantástica explicación de por qué y para
qué viajar. "Ni todos viajan del mismo modo, ni por las mismas
razones, ni con los mismos resultados. (...) Se viaja (...) por
adquirir un porte y un aire chic. (...) por hacerse notable. (...)
por huir de los acreedores (...) por olvidar (...) por no saber qué
hacer."
La manera cáustica
de hablar de los excesivos protocolos indígenas también se aprecia
en su interpretación de las instituciones europeas, particularmente
cuando se refiere a las armas como medio de disuasión. Es notable la
similitud que establece entre la numeración en las lenguas alemana y
mapuche, cuando apunta que el número 50, en ambos idiomas, no tiene
es una palabra ex profeso,
sino un enunciado aritmético: se dice "cinco veces 10".
Sin pretensiones
filosóficas ni lamentos, incluye varias reflexiones sobre la
civilización y la barbarie, a partir de situaciones en las que
compara el mundo indígena con el cristiano, representado en el
periplo por Mansilla, dos frailes franciscanos y varios ayudantes que
solo portaban armas blancas, principalmente con fines instrumentales
para una larga excursión, a la que el coronel se refiere llanamente
como un proceso de conquista, consciente, aunque respetuoso de la
otredad, de la superioridad cultural de la autoridad y el proyecto
argentino sobre estos grupos seminómadas.
"Esta gran conquista es
debido a la educación oficial dada por los buenos gobiernos que
hemos tenido a la Guardia Nacional.
"Ella ha hecho todo:
guerras interiores, guerras de frontera, guerras exteriores.
Decididamente
la civilización es, de todas las invenciones modernas, una de las
más útiles al bienestar y a los progresos del hombre."(1)
"Desierto"
es el término con el que Roca lanzó la ofensiva de ocupación en
1879 para aludir a las tierras presuntamente deshabitadas, que en realidad eran zonas por donde cazaban y recolectaban los nativos; es un
concepto sumamente sugerente y simbólico que se uso en aquel tiempo
y hasta la fecha, según la historiadora Pilar González, en una
breve descripción de aquel episodio en el que la población de la Pampa fue "diezmada" por la guerra. "El triunfo
de la 'civilización' sobre la 'barbarie' valida entonces sin mayor
problema lo que el inspirador de la Constitución argentina, Juan B.
Alberdi, justifica como una legítima utilización del derecho de
conquista (civilizatoria) heredado de la corona española".(2)
1) Mansilla,
Lucio V., Una excursión a los indios ranqueles, Buenos
Aires, Centro Editor de América Latina, 1967, tomo I, p. 59.
2) González,
Pilar, "El largo siglo siglo XIX", en Historia mínima de
Argentina, México, El Colegio de México, 2014, p. 187.